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San Miguel, 15 de noviembre de 2018.

 

 

Hace aproximadamente 11 años, Nulfo, como lo decían de cariño, tuvo un accidente que lo dejó sin sus dos brazos, sin embargo, eso no le impedía seguir adelante trabajando duro para ganarse la vida.

Su compañera de vida lo apoyó desde el principio, formaron una familia por la cual él luchó hasta su último día. Dos niñas procrearon, una de 11 y otra de 8 años de edad.

Esta mañana de jueves, Arnulfo Siliezar Ramírez, de 30 años, mejor conocido como Nulfo, salió de casa como era habitual, iba al mercado central de San Miguel, donde ofrecía sus servicios de cargador a los comerciantes y habitantes que hacían sus compras.

No solo cargaba productos, también hacía mandados y algún otro trabajo que le ofrecieran, nunca decía no puedo, además era muy conocido y querido. La mayoría de las personas siempre le daban algo que cargar para apoyarlo con algunas monedas, ya que por su condición física, se le hizo difícil conseguir un empleo estable y formal después del accidente.

Trabajando en la construcción de una casa de dos plantas recibió una descarga eléctrica que le costó sus dos brazos. Fue una tragedia muy grave, para él y su familia.

“Él quedó inconsciente, sus brazos estaban hechos cenizas, los doctores no pudieron hacer nada para rescatarlos y tuvieron que amputarle los restos que dejó el trágico accidente”, nos narró a El Urbano News una fuente cercana.

Sin sus brazos, ya no pudo seguir trabajando en la construcción. Buscó alternativas, pero nunca se rindió. Se compró una bicicleta a la que le había adaptado una caja para poder llevar y traer productos en el Mercado.

“Conducía muy bien, e incluso en la bicicleta iba a dejar a sus dos hijas todas las mañanas a la escuela. Gracias a Dios ahora cuando pasó todo, él iba solo porque las niñas ya terminaron el año escolar, sino la tragedia sería mayor”, agregó nuestra fuente.

Según la información de la Policía Nacional Civil (PNC), Nulfo fue asesinado a balazos cuando conducía su bicicleta rumbo al Mercado, los atacantes le dispararon desde una camioneta de color rojo y se dieron a la fuga.

Se desconoce el móvil del crimen, las autoridades se limitaron a decir que serán las investigaciones las que lo determinen.

Su cadáver quedó a pocos metros de la casa donde vivía con su compañera de vida y sus dos hijas que ahora quedan en la orfandad.

No hay consuelo para la familia Siliezar, tampoco encuentran motivos por el que le quitaron la vida. Aseguran que nunca fue amenazado por grupos de pandillas. “Nulfo nació y creció en el cantón El Papalón, de San Miguel”.

Nulfo era tan querido que para la época de cultivar maíz y frijol, personas le ofrecían terrenos para que el trabajara la tierra, algo que siempre se le dio muy bien. De esa forma sacaba cada año los granos básicos para el sustento familiar, según allegados a la víctima.

Su condición no era impedimento, sin embargo, nos revelaron a nuestra sal de redacción que en una ocasión tuvo inconvenientes con un vecino.

“La milpa de Nulfo estaba muy frondosa y un vecino por pura envidia se la quemó con un veneno. Por ese caso fue hasta los juzgados para denunciar los motivos por los que perdió su cultivo. Fue la única vez que estuvo involucrado en cosas legales y de pleitos”, explicó la fuente.

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Fotos e información cortesía.