San Salvador, 19 de septiembre de 2018.
Redacción para NM.
“Bajate los calzoncillos o te meto tres plomazos”.
Un empleado del Centro Judicial Isidro Menéndez relató la agonía que vivió cuando un grupo de pandilleros lo asedió y amenazó de muerte por entrar a un carwash del bulevar Tutunichapa, en San Salvador.
Los hechos ocurrieron el 4 de septiembre, “Ya había salido de trabajar, pero había una fila larga de carros así que me metí a un carwash a esperar”, explicó el hombre, a quien llamaremos José para proteger su identidad.
José solicitó el servicio de lavado y aspirado y luego se sentó en una sala de estar que le indicaron los empleados. En el lugar estaban otros dos clientes que esperaban sus carros.
No habían pasado 10 minutos cuando se estacionó un vehículo negro en frente del negocio y tres sujetos se bajaron e ingresaron al carwash de forma prepotente. “Ellos entraron tan rápido que no nos dieron tiempo de reaccionar y lo único que pude hacer es volver a ver a uno de los empleados para verificar si se había percatado de lo que ocurría. El me asintió con la cabeza”.
Con ese gesto, José entendió que “sí, eran pandilleros y solo nos tocaba hacer lo que nos dijeran”, explicó.
Uno de los sujetos que “parecía el palabrero” se tocó el arma que llevaba enfrente del pantalón y se dirigió a los clientes a quienes les recriminó “qué putas andan haciendo aquí, este es territorio de la MS, aquí no pueden venir a joder”.
Ninguno de los clientes le contestó y los trabajadores del lugar observaban la escena de reojo mientras seguían frotando los vehículos.
“El hombre (presunto cabecilla) se sacó el arma y nos preguntó de dónde éramos y nos dijo que nos quitáramos la camisa y los pantalones, para ver si estábamos tatuados” narró.
José recordó que en su vehículo andaba objetos con el logo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y pensó que eso podía enfurecer a los criminales. Estaba tan nervioso que no se pudo bajar el pantalón.
Su acción fastidió tanto al delincuente que le recriminó “Vos que pensás perro, bajate los calzoncillos o te meto tres plomazos”. Sin nada que poder hacer José le respondió “calmate viejo ahorita me lo quito” y se bajó el pantalón.
En medio de la tensión otro pandillero se percató que José es corpulento y decidió confrontarlo y le dijo al cabecilla “crees que este perro me da verga” y el delincuente le respondió que la única manera de averiguarlo era haciéndolo.
El marero se empezó a quitar la camisa y “ya nos estábamos moviendo para un espacio más abierto donde pretendían que peleáramos, pero justo en ese momento pasó una patrulla policial y ellos se escondieron detrás de los carros”, relató.
José respiró aliviado cuando los sujetos salieron corriendo del lugar no sin antes advertirles que no regresaran a la zona.
Foto de referencia.