La canonización del obispo Oscar Arnulfo Romero será el 14 de octubre en la basílica de San Pedro de Roma, según lo confirmó la iglesia católica e las últimas horas.
El gobierno de El Salvador y la iglesia católica celebraron este sábado el anuncio del Vaticano de que canonizará al beato Óscar Arnulfo Romero el próximo 14 de octubre de 2018.
«Con inmensa alegría recibimos hoy el anuncio de la canonización de nuestro beato Óscar Arnulfo Romero, mártir y profeta entregado a su pueblo», consignó el presidente Salvador Sánchez Cerén, por medio de un comunicado.
El papa Francisco informó este sábado que Romero, considerado la voz de los sin voz por defender a los pobres y asesinado el 24 de marzo de 1980 por la ultraderecha, y el papa Pablo VI (1962-1980) serán canonizados el 14 de octubre en la basílica de San Pedro de Roma.
Tras una espera de décadas, la canonización de Romero tendrá lugar durante el sínodo (reunión de obispos) centrado en los jóvenes que se celebrará en octubre en el Vaticano, precisó el papa argentino durante una reunión dedicada a la causa de los santos.
Sánchez Cerén aseguró que la noticia le «llena de gozo». «Como Presidente de la República y en nombre del pueblo y el gobierno salvadoreño agradezco a Su Santidad por el amor manifestado hacia la figura y obra de nuestro mártir, y por hacer realidad el sueño de toda una nación de verlo convertido en santo», agregó.
La madrugada de este sábado, los católicos de El Salvador, esperaban en vigilia conocer la noticia de la canonización.
En la apertura de la vigilia en la cripta donde reposan los restos de Romero, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, dijo que este sábado es «un día de fiesta» y adelantó que a las seis horas locales (12H00 GMT) «van a repicar las campanas» de todas las iglesias del país y se celebrarán misas.
«Este es un acontecimiento que nunca vamos a terminar de celebrarlo. Toda la vida tenemos que celebrar este acontecimiento», exclamó Escobar.
Nacido el 15 de agosto de 1917, Romero fue abatido de un disparo en el corazón el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de cancerosos La Divina Providencia, en el norte de San Salvador.
El asesinato conmovió al mundo, polarizó aún más a la sociedad salvadoreña e hizo estallar la guerra civil que duró 12 años (1980-1992) y cobró la vida de al menos 75.000 personas.
Información de EST.
Fotos cortesía.