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Usulután, 26 de abril de 2019.

 

Noticias Menotty NM 

 

 

La Salud:

Una aproximación desde el ámbito de la gobernanza por el Dr. Manuel Orlando Cabrera Candray.

 

“Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia…” Todos los galenos están obligados a cumplir con este precepto contenido en el Juramento de Hipócrates y no puede ser más que una fuente de frustración el no poder materializar el mismo ante un sistema de salud disfuncional. Al fin al cabo, la Medicina es una de las más nobles profesiones dado que gira alrededor del segundo bien más preciado después de la vida: la salud.

La salud es el verdadero reflejo de la prosperidad de un pueblo; es más, la salud y el desarrollo forman parte de un mismo proceso dinámico, que tiene al ser humano, la equidad y el bienestar como sus ejes vertebradores. Por tanto, el fortalecimiento de los sistemas de salud debe ser una de las prioridades de cualquier Estado, que demanda a los responsables de formular las políticas de salud el conocer cuál es la mejor forma de optimizar el desempeño de estos sistemas en contextos de recursos limitados. Adicionalmente, requiere que los administradores de salud tengan un buen entendimiento de cómo funcionan los sistemas que les atañen para gobernarlos de manera apropiada.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el ámbito de la salud la gobernanza se conceptualiza como el aseguramiento de la existencia de un marco en el cual la política estratégica se combina con la supervisión efectiva, la formación de coaliciones, la provisión de regulaciones e incentivos apropiados, la atención al diseño del sistema de salud y la rendición de cuentas.

Un sistema de salud engloba a todos los actores y a todas las actividades cuyo principal propósito es la promoción, la restauración y el mantenimiento de ese anhelado bien. El establecer gobernanza sobre el mismo requiere ubicar en su centro a las personas donde giran todos los demás elementos del sistema: el financiamiento, los recursos humanos, la información-conocimiento, la medicina, la tecnología y la entrega de un servicio accesible y de calidad para todos. Además, demanda que en todo este régimen sea orientado por una clara visión estratégica, objetivada en una política de salud bien diseñada en la cual se incluyan las medidas de transparencia y rendición de cuentas para evitar la corrupción. Finalmente, en la definición de la agenda de salud se debe fomentar la orientación, la participación y la construcción de consensos.

El aparato burocrático, en este ámbito de gobernanza, debe convertirse en una institución clave en la entrega de bienes y servicios de calidad en lugar de un instrumento político para la obtención de apoyo. A su vez, se debe luchar contra una cultura que privilegia el secreto y la falta de transparencia en los asuntos públicos y sobre todo en lo que se refiere al proceso de toma de decisiones para la implementación de la Política de Salud. La legitimidad de todo el cometido debe brotar como resultado de una administración basada en acuerdos y consensos no sólo con la oposición, sino también con la apertura de un canal de comunicación en que se ventile las demandas sociales a través de negociaciones constantes con los representantes de la sociedad civil.

Aunque parezca una postura idealista es posible establecer dicho régimen en El Salvador. No olvidemos las palabras del poeta romano Ovidio “Ad sidera tollere vultus”, el hombre debe alzar la vista hacia las estrellas, no conformarse con lo que tiene al alcance de la mano.

 

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Fotos Redes Sociales.

 

 

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