5 de abril de 2018.
Quien fuera el presidente más querido de Brasil, el que sacó a 35 millones de pobres de la miseria y al que Barack Obama llegó a definir como «el mandatario más popular del planeta», también será recordado por ser el primer ex jefe del Ejecutivo brasileño en entrar en prisión.
A partir del próximo 10 de abril Luiz Inácio Lula da Silva puede ingresar en la cárcel para cumplir la sentencia de doce años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero relacionado con la operación Lava Jato, el mayor escándalo de corrupción en la historia del país.
La corte suprema de Brasil sacudió los cimientos del sistema político al autorizar la detención del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, un mito de la izquierda, en el mayor golpe de la investigación Lava Jato contra las enormes redes de corrupción en el país.
El fallo, pronunciado después de la medianoche del miércoles tras más de diez horas de debates, también impacta de lleno la carrera presidencial de la mayor economía latinoamericana que se dirimirá el 7 de octubre, al dejar prácticamente fuera del tablero al favorito en las encuestas.
Condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en la trama de sobornos de la estatal Petrobras, Lula pretendía conservar su libertad hasta agotar los cuatro grados del sistema jurídico brasileño.
Pero con un apretado resultado de 6 a 5, los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) rechazaron el recurso (habeas corpus) presentado por la defensa del exmandatario (2003-2010), de 72 años.
«La presunción de inocencia no puede llevar a la impunidad, dijo la presidenta de la corte Cármen Lúcia, que aportó el sexto voto que selló el resultado.
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